Me vuelven loco los libros que hieren, que arañan, que incomodan


José Angel Barrueco es uno de los escritores jóvenes más talentosos de España. Publicó las novelas Recuerdos de un cine de barrio, Monólogo de un canalla, Te escribiré una novela (por entregas en un periódico en 2003) y la nuevísima Asco. Escribió teatro y publicó algunos poemarios y antologías.  En octubre publicará la novela Vivir y morir en Lavapiés. Mantiene un blog y se sometió al cuestionario de mimbre:

Sos un apasionado del cine, ¿cómo influye ésto en tu forma de escribir?
Supongo que me influye visualmente. Que a menudo visualizo lo que quiero describir como si fuera la secuencia de una película, y luego lo cuento tal cual. Pero no siempre es así. Supongo que la mayor influencia reside en la cantidad de citas y guiños a las películas que contienen mis textos.

Escribiste relatos, poemas, artículos, novelas y teatro. ¿Crees que las ideas nacen con género, o te gusta experimentar aquí y allá?
Creo que las ideas (al menos las mías) nacen con género. Te daré un ejemplo: durante un tiempo estuve dándole vueltas a la idea de contar lo que sucede en mi poemario “Le aplastaré con mis versos” (incluido en “No hay camino al paraíso”, coeditado junto a Javier Das) mediante la novela breve; luego pensé en microrrelatos. Antes de escribir una sola línea ya supe que no iba a funcionar. Que necesitaba un género más contundente y preciso. Así que conté esas historias (autobiográficas) en poemas. No oculto que también me gusta experimentar, saltando de aquí para allá y probando cosas nuevas, pero es la idea la que busca el género.

¿Qué pensás de los talleres literarios? ¿Y de la edición de los textos?
No soy partidario de los talleres. Aunque no diré nada malo de ellos porque tengo amigos en ambos lados: los que imparten talleres y los que los reciben. No seré yo quien ataque los talleres… Sin embargo, no son de mi agrado.
Si con “edición de los textos” te refieres a la figura del editor aconsejando al autor sobre el texto, me parece muy bien. Sano, productivo, necesario. Conviene escuchar lo que tenga que decir tu editor al respecto. Luego ya se discutirán los términos.

¿Abordamos diferente la lectura de texto según el soporte donde se ha publicado, por ejemplo, leemos igual un blog que un libro?
Me temo que no. He comprobado demasiadas veces (casi a diario) que la mayoría de la gente lee los blogs en diagonal. Es decir, por encima y con rapidez y saltándose líneas. De ahí vienen un montón de equívocos y de desinformación. Lo veo a menudo.

Qué se puede decir de los blogs hoy, en pleno imperio de las redes sociales.
Lamentablemente, se están quedando atrás. Parece que la gente prefiere la inmediatez y la brevedad de Twitter y Facebook (que, por otra parte, a mí me gustan… pero no permiten profundizar tanto como en una bitácora).

La cultura de la imagen cada vez gana mayor terreno, sin ir más lejos, muchos chatean con dibujitos en vez de escribir las palabras. ¿Cuál es el valor de la palabra como “objeto”? ¿Qué sucede en caso de ser reemplazada por imágenes? ¿Hacia dónde avanza o retrocede la comunicación con palabras?
No veo mal esa idea: sustituir, de vez en cuando, la palabra por la imagen, por el objeto. De hecho, me fascinan esos libros en los que es tan importante la foto o el dibujo como la palabra (véase, por ejemplo, las obras de Sebald). Pero no debe ser la norma. Mira, uno de los libros más originales que he leído/visto en los últimos tiempos es “Artefactos importantes y propiedades personales de la colección de Lenore Doolan y Harold Morris, incluidos libros, ropas y joyas”, de la norteamericana Leanne Shapton, donde la autora cuenta una historia mediante las imágenes y los objetos que una pareja tuvo en común, y donde la palabra aparece en los pies de foto. Creo que éste, por ejemplo, es un buen uso de la imagen en la literatura.
Si me preguntas hacia dónde avanza la comunicación con palabras… bueno, soy pesimista al respecto. Parece que en las nuevas generaciones priman las abreviaturas en los sms, las faltas de ortografía y el rechazo a letras mudas (la hache, por ejemplo). Más que una evolución en el lenguaje, veo una involución…

¿Qué pasará con los libros de papel en unos años, cuando se instale en el mercado la hoja digital?
Tal vez ocurra como con los vinilos: los retirarán de la circulación, el personal comprará sólo libros digitales y, pasado un tiempo, reeditarán algunos libros en papel a un precio desorbitante, como objeto de lujo, y, como somos gilipollas, también los compraremos. Es lo que sucede con el vinilo y el cd. El mercado siempre busca la manera de engañarnos. Y nosotros picamos.

¿Qué opinión te merece la lista de Granta?
Prefiero reservarme la opinión…

¿Cómo ves al movimiento literario alternativo que crece en España?
Me parece saludable y me temo que, para bien o para mal, estoy incluido en él, junto a gente cuyo talento aprecio, como, por decirte algunos nombres, Javier Das, Isabel García Mellado, David González, Mario Crespo, Vicente Muñoz Álvarez, Karmelo Iribarren, Cristina Morano, Esteban Gutiérrez Gómez, Sofía Castañón, David Refoyo, Alfonso Xen Rabanal, Daniel Ruiz García, Itziar Mínguez, Patxi Irurzun, Miguel Baquero, Francesco Spinoglio, Javier Esteban, Sonia Fides… Todos ellos publican en editoriales independientes y siempre andan involucrados en proyectos que están en los márgenes. Se les puede encontrar en antologías como Hank Over, Al otro lado del espejo, Viscerales o Beatitud. Lo lamentable es que a pesar de sus (nuestros) esfuerzos, de la cantidad de proyectos y de antologías en las que este grupo se mueve, jamás (salvo algunas excepciones) logran el apoyo mediático, esencial para que los libreros no devuelvan los ejemplares al almacén una semana después de haberlos recibido.

¿Qué se ve desde españa sobre la nueva literatura argentina? ¿Cuáles crees que son sus referentes más destacados?
Lo que se ve es lo que sale en los medios, ya sabes: César Aira, Ricardo Piglia, Sergio Chejfec… No sé si esos serán los referentes, supongo que sí.
Me fijo más en los narradores argentinos que han echado el ancla en España: ahí tienes el buen oficio de, por ejemplo, Carlos Salem, Marcelo Luján o Rodrigo Fresán.

¿Qué es un buen escritor, y uno malo?
Uf, me da pereza responder a esto. No sé, es muy subjetivo, dependerá de cada cuál.

¿Qué requisitos debe reunir un libro para "volverte loco”?
En primer lugar, que tenga “pegada”, por así decirlo. Me vuelven loco los libros que hieren, que arañan, que incomodan. Un libro debe ser una herida, decía Cioran. Debe dejarle una herida al lector. Por eso en mi lista figuran, primero, esos autores que golpean con rabia: Bernhard, Céline, Fante, Bukowski, Cormac McCarthy, Kerouac, Burroughs, Jim Thompson, Coetzee, Bunker… Luego hay otros autores que no son tan rabiosos, pero cuyos libros me fascinan, tales como DeLillo, Foster Wallace, Chabon, Lethem, Ballard, Sebald, Philip Roth… Pero, sobre todo, quiero que me cuente una historia. Que sepa contarla, no importa si es real o inventada o si mezcla los géneros. Que sepa meterme en su mundo y suelte frases como balazos, que me obliguen a tomar notas y a querer leerme toda su obra.

1 coment:

Carmen dijo...

JAB es un gran autor. Y como ha demostrado en esta entrevista, es muy amigo de sus amigos.