PEINATE QUE VIENE EN SERIO




José Playo tiene 32 años, es Licenciado en Ciencias de la Comunicación, pero todos lo conocen por Peinate que viene Gente, una revista cordobesa que nació under y se conviertió en uno de los blog más visitados de esa ciudad. Pero la cosa no se detuvo ahí. Acaba de aparecer Peinate... el libro. Una recopilación de textos publicados en el blog y en revistas, más algunos inéditos que festejar. Peguelé hasta dejarlo morado (ediciones del Boulevar – 2006) fue su opera prima. En ese volumen de cuentos abunda el delirio sorprendente: entre otras cosas singularísimas, hay un sereno enamorado que se dedica a juntar la pelusa de su pupo en frasquitos de cristal.
A propósito de la aparición del libro de Peinate, y mientras espero leerlo para hacer su comentario, le hice éstas y otras preguntas habituales de este blog:

¿Abordamos diferente la lectura de texto según el soporte donde se ha publicado, por ejemplo, leemos igual un blog que un libro?No es lo mismo sentarse en el baño con un libro en el regazo que con un monitor, claro. Pero creo que en ambos casos se busca algo parecido. A pesar de que en Internet lo más importante es el lenguaje multimedial, la esencia de los textos no se pierde. Yo disfruto de lecturas en papel y en monitor, pero nunca leí algo que salió primero en papel con la misma fruición cuando estuvo en Internet, y viceversa. En cada terreno se entiende que subyace una intención de adaptación al medio, al menos para mí. Tal vez no se trata de que los textos sean distintos, si no de que los lectores lo son. No sé, ¿paso?

¿Hacía dónde llevó Internet a la literatura o a los autores?
A veces escucho esa discusión acerca de que Internet es una suerte de verdugo para los libros. Me parece ridículo. Digo, no creo que, de buenas a primeras, un buen día me levante y diga "a la mierda los libros". Por el contrario, creo que muchos autores tienen la posibilidad de publicar sus trabajos, de dar a conocer sus producciones y eso es muy valioso. Poder acortar distancias entre uno que escribe y uno que lee no tiene precio. Muchos autores, antes de internet, no podían siquiera soñar con eso. Creo, fijáte vos, que Internet, contrario a lo que se dice, está creando más lectores. Y autores, por cierto. Me considero un lector digital y un lector tradicional fusionados, y reconozco que el blog da la posibilidad de un campo nuevo, de un “me animo, total” que el libro a veces no promueve. Detrás de los libros hay un lugar oscuro, que algunos escritores prefieren no indagar porque les resulta extraño. Al abrir un libro para husmear la trastienda, lo primero que aparecen son las preguntas que disuaden: “y éste, ¿cómo publicó?”, o “¿cómo mierda hago yo para hacer un libro de estos?”. En el blog esa instancia está desacralizada, la trastienda es un usuario y su password, es un plano de igualdad que brinda chances a todos.

¿Qué libro o libros te cambiaron la manera de escribir?¿Todos?

¿Cuál es el panorama de la literatura Cordobesa?
Un caos. Por un lado tenés un grupo de escritores -malos- que pelean por un reconocimiento y un espacio para no decir nada a un montón de gente que no quiere escucharlos. Por el otro, tenés gente que hace cosas buenas y que no las da a conocer porque los caminos están viciados. Me parece que en Córdoba muchos se olvidan de la pasión, de que si te gusta escribir y creés en lo que hacés, tarde o temprano pasa algo. Me harté de escuchar que la literatura cordobesa es un espacio elitista. Y me harté de escucharlo porque lo dicen al revés. Los que dicen eso hacen de la literatura un espacio elitista. Muchos que se dicen escritores tienen blogs que no los visitan ni sus amigos. ¿Qué hacen con lo que escriben? ¿Saben de qué están escribiendo? Yo no quiero ni "reventarle la cabeza" a un lector con mi genialidad, ni pasar a la posteridad como un talento. Yo quiero que la gente se distraiga con lo que hago. Para eso escribo. Y quiero seguir escribiendo para divertirme, que no es lo mismo que escribir humor. Y ahí está el problema, muchos escriben sin saber para qué mierda llenan hojas en blanco. También escucho seguido que en Córdoba no hay oportunidades, pero no veo a ninguno buscándolas. Hay miles de editoriales, hay miles de revistas que no tienen colaboradores (y los buscan), hay miles de lugares y proyectos que se pueden tantear para empezar a publicar, para empezar a construirse. Y están los blogs, que no son poca cosa. Pero, por alguna extraña razón, muchos eligen la inactividad, eligen enredarse, eligen el papel de escritor maldito, de genio incomprendido autor de un textito más o menos raro, sentados en sus casas pataleando porque el sistema los deja afuera, y no hacen nada para cambiarlo… ¡No escriben! Yo digo: salí, hacé panfletos, en lugar de emborracharte un sábado ahorrá esa guita y publicá algo autogestionado que valga la pena (no un decálogo de lo bueno que sos y lo malo que es el resto), armá sobres y mandale lo que hacés a todo el mundo, a todas las editoriales, publicalo en un blog, salí a buscar tus lectores, regalá tu literatura, peleá por ella. Si creés en lo que hacés, tarde o temprano pasa algo. Creo que el camino es igual para todos. A mí no me llamaron de una editorial para decirme “nos encantan las boludeces que hacés, vení que te publicamos”. Primero invertí mucho en sacar Peinate (tiempo, dinero, peleas con “escritores reconocidos” que me dijeron que lo que yo hacía era una basura) y me agarré unas amarguras de la gran puta, porque creía en algo que podía funcionar y que no estaba funcionando. La oportunidad de publicar me llegó después de capitalizar eso: que lo que yo escribo es entretenimiento, que hay mucha gente que lo necesita y que si yo puedo aportar algo, voy a la editorial, expongo el caso y se van todos al carajo. Para mí hay un público –en el que me incluyo- para el que nadie está escribiendo. La mayoría de los literatos cordobeses no entienden eso, eligen no llegarle a nadie que no sea como ellos. Creo que la literatura cordobesa, la joven, la nueva, a veces se miente a sí misma. Algunos escritores están más preocupados por el reconocimiento que por hacer lo que realmente les gusta. Eso entorpece el vínculo con los lectores, eso hace que el panorama sea desalentador. En Córdoba, como en cualquier otro lado, hay muchos escritores autoproclamados, pero que no escriben ni una puta línea, ni siquiera en un blog, y a los que les importa más cómo les está yendo a los otros, en detrimento de qué están haciendo para construirse a sí mismos. El panorama, si querés, es oscuro como un culo.

¿Qué requisitos debe reunir un libro para "volverte loco"?
Una buena idea, una buena forma de contarla. Retomo lo anterior: yo no quiero descubrir geniecillos de la literatura, un buen libro puede ser un libro de cuentos para chicos, uno sobre moda, uno sobre medicina alternativa. Lo importante es cómo está contado y para quién.

¿Qué es un buen escritor, y uno malo?
Te digo qué es uno malo: el que subestima a sus lectores. El bueno, por oposición.

¿Qué es un buen lector?Un tipo que te da una oportunidad, y que te hace una devolución sincera, sin conocerte. Un buen lector es el que cultivás con tiempo, el que te permite crecer a su lado, el que te va moldeando y tallando. En el blog tengo mejores lectores que en cualquier otro lado.

¿Qué pensás de los talleres literarios? ¿Y de la edición de los textos?
No me gustan los talleres literarios por esa cosa del gremial “mal de muchos consuelo de todos nosotros”. Les tengo alergia. Sí creo en la formación y en los referentes, pero no puedo ponderar a un tipo que tiene un taller y al que vos le pagás unos mangos para que te ponga en vereda. ¿De dónde sacó “la fórmula” para escribir y enseñar cómo se hace? Eso atenta contra la libertad y contra la búsqueda, y eso es lo que hacen en los talleres (de lo contrario, a los talleres los darían escritores de trayectoria, best sellers, gente reconocida por muchos lectores, y no es así en la Mayoría de los casos). Soy de los que creen que los escritores se construyen –en gran medida– solos. Si buenos o mediocres (no malos), lo dirá el tiempo, no un profe de un taller, no un tipo que hace manuales para dejar de ser malo. Hay algo que no puede hacer un taller, y es "inventar un escritor" donde no hay uno. Con respecto a la edición, siento que es indispensable. Trabajar un texto es decir algo desde una víscera o desde un pálpito, editarlo es hacerlo entendible, es permitirse comunicarlo. Si escribir es un acto de libertad, editar es una forma de respetar esa libertad, de allanar el camino hasta el lector, entonces editar es válido.

¿Cómo recomendás que nos peinemos para leerte?
Tal y como se hayan levantado.


(Quería tenerlo a Playo en este post como festejo de las 10.000 visitas del blog a modo de agradecimiento por haberme movilizado tanto cuando conocí el suyo)

2 coment:

matías lloréns dijo...

Nunca está de más releer ciertas cosas. Con las cosas un poco más en perspectiva y reflexionando sobre el tema un poco más, saltan otras cosas a la vista...

Muy buena la entrevista (si, de vuelta; pero como cambia el lector, cambia el comentario), Pablo; y gracias por el link

saludo de la serranía


matías

Mauro dijo...

Buena entrevista, che...

Un abrazo Playó.

Offtopic: Muy buena la foto de Hugo Varela. Saludos para él también.