RESEÑAS TARDÍAS


Peguelé hasta dejarlo morado
José Playo
(Ediciones del Boulevar 2006)

José Playo ha reunido aquí sus experimentaciones literarias. Lejos de ser un concepto despectivo, los libros de iniciación son más bien un desafío difícil del que pocos pueden salir bien parados. Playo no solo lo logra, sino que se manda un par de chilenitas. Algo tuyo (un tipo que colecciona pelusa de su ombligo); Peatón (Una parodia delirante sobre la educación vial); On de rock (un atleta que corre sobre el agua –un cuento que podría haber escrito Fontanarrosa) y Un hijo de su madre (la historia detrás de un escritor perseguido) son los mejores cuentos. Otro de los relatos que sobresale es: Un dolor de la gran puta (historia de una traición amorosa) donde el autor saca a relucir lo que mejor sabe hacer, describir su entorno:

…En el barrio de Alberdi, Córdoba, Argentina, cuando vos cortás con una mina, vas de frente, la sentás en un café que hay sobre la Colón, la agarrás la mano bien fuerte, le pasás una servilleta para que se limpie los ojos, dejás que te putee, pones cara de poker y después pagas y la llevas a la casa.

Solo los que escribimos sabemos lo difícil que es lograr un párrafo así. Es un cuento que nos deja con sed de venganza, pero también con “el sentimiento trágico de la vida”. Hay finales previsibles y (para mi gusto) demasiada adjetivación en algunos pasajes, enumeraciones engordadas de adverbios, analogías encadenadas unas tras otras como si el lector no acabara nunca de hacerse una idea de la imagen sugerida. Pero Playo maneja el absurdo como un condenado, el humor cordobés hace su aporte a la carcajada y el asombro, tiñendo cada texto con un alegría inquieta que nos hace saltar de la silla o contraer hipo si lo leemos en la cama.
Hay un cuento digno de un libro mucho mejor: Fran Leván, una verdadera joyita de nuestras letras. Parece un pasaje de una obra monumental que nos está vedada. Ahí hay metafísica (Macedonio Fernández) y se adivina en él el universo y su laberinto, no exagero.