Leyendo...



1. Este pueblo es irrespirable. Uno diría que a la altura de más de tres mil metros el aire sería el más puro. No es así y uno lo entiende. El volcán es un sacerdote de cabeza blanca y túnica negra. Vomita lo mismo que come: soledad cenicienta. La proximidad del cielo lo oprime a uno aquí en la tierra.

(así comienza el cuento La Sierva del Padre)