Resaca


de Carlos Ardohain



   Abrió los ojos y no vio nada, todo era oscuridad. No se movió, esperaba que le subiera el entendimiento pero no sucedió, entonces se incorporó como pudo. Tratando de alertar los sentidos olisqueó el aire, lo encontró dulce, espeso y salvaje, un poco acre. Le llegó al oído el sonido zumbón de las moscas. El cuerpo pesado se le desparramaba sobre los huesos como un abrigo empapado de sudores. Un dolor penetrante le empezó a latir en los costados de la cabeza y la boca seca y pastosa le reclamó agua. De a poco empezó a arrastrar los pies descalzos con cautela, como la palma de la mano de un ciego que estuviera tanteando una superficie desconocida. Otro olor le llegó, mixto: vino y vómito. Y el olor trajo una imagen súbita que se apagó como un relámpago: él y el otro a la noche, vaciando una botella, riendo a gritos. Se detuvo, giró a cabeza en redondo y achinó los ojos pero seguía sin ver nada. Volvió a moverse dando imperceptibles saltitos con la planta de los pies para ir reconociendo el suelo rugoso y mugriento que no podía ver. Otra imagen como ráfaga: él y el otro vaciando una nueva botella, las risas apagadas, un brillo en su mirada torva, palabras que se enredaban en el silencio. El pie derecho toca algo que no es sólido, una sustancia viscosa lo asquea, pero avanza igual y pisa el charco. Entiende enseguida de qué se trata y el líquido pegajoso le hace estallar otra imagen en el cerebro: él y el otro discutiendo después de vaciar otra botella, trenzándose poseídos por una fiereza animal. Avanza también el pie izquierdo con torpeza para no desestabilizar el cuerpo y ya está con ambos pies sobre el charco. Una corriente de pavor le sube por las piernas a la velocidad de la luz; se ve a sí mismo rompiendo una botella contra la silla y clavando el pico en el pecho del otro al que le estallan los ojos de asombro y cae. Se recuerda vagamente retirándose a un rincón y sentándose en el piso con la cabeza turbada. De seguro se ha dormido, de seguro han pasado horas y el muerto se ha desangrado. Quiere alejarse, que lo que pasó no haya pasado, gira bruscamente y da un paso inesperadamente enérgico sobre la sangre que lo hace resbalar, el otro pie intenta sostener pero el cuerpo se ha inclinado demasiado y no lo consigue, tiembla un segundo en el aire viciado del rancho, no le sale gritar, cae pesadamente de espaldas sobre el culo de la botella rota que lo espera con sus filosas estalagmitas de vidrio barato, una boca hambrienta, una trampa que él mismo preparó. Siente entrar los vidrios en la carne, siente cómo se le empieza a derramar la sangre debajo del torso, sabe que se mezclará con la del otro y no le gusta. Sentir la camisa mojada le recuerda la sed, respira con dificultad, piensa que se apaga y le parece raro apagarse en lo oscuro. Una mosca se posa en su cara y le empieza a caminar por la mejilla, no puede ni soplarla.







Carlos Ardohain nació en la ciudad de Mar del Plata, Argentina. Publicó las plaquetas: El ojo secreto (1998) La Hoja Bífida (1999) y Ojo x Ojo (2000). Premiado en el Concurso Poesía en Tierra organizado por el Centro Cultural de España en Buenos Aires en el año 2004. El libro Poesía en Tierra con las obras premiadas fue editado en 2005 por el Fondo de Cultura Económica. En noviembre de 2005 realizó la curaduría de la muestra fotográfica de Robert Doisneau “Renault por Doisneau” que se exhibió en el Museo Renault. En enero de 2007 participó de la muestra Banderas de lo posible, que formó parte del Proyecto Patagonia en la Bienal del Fin del mundo, Ushuaia. Seleccionado en el Primer Concurso Internacional de Cuento Breve organizado por el Salón del Libro Hispanoamericano, Ciudad de México, publicado en el libro Voces con Vida, México, 2009. Seleccionado como finalista en el Primer Premio Internacional de Microrrelatos Museo de la Palabra, publicado en el libro Más allá de la medida, España, 2010. Seleccionado como finalista en el Segundo Premio Internacional de Microrrelatos Museo de la Palabra, España, 2011. Ha publicado relatos y poemas en formato digital en sitios de Argentina, España, Brasil y México. En octubre de 2011 publicó su primera novela, Los incógnitos, por el sello Caballo de Troya. Mantiene hace cinco años el blog de poesía http://tancarloscomoyo.blogia.com