Cómo me reí

Aunque a Aira no le guste que se rían de sus libros, a mí me gusta leer libros que me hagan reír. Hacía mucho que no me pasaba. La última vez había sido con La conjura de los necios de John Kennedy Toole. Ahora releeo en parte y me sorprendo con cosas nuevas en este único volumen que reune los tres libros de cuentos del gran cineasta, guionista y actor cómico Woody Allen, publicados ya en otra colección. Se trata de Cómo acabar de una vez por todas con la cultura, Sin plumas y Perfiles. Me sigue sorprendiendo la enorme capacidad de Woody Allen para reírse, y hacernos reir, de nuestra propia torpeza en el momento de enfrentarnos precisamente con aquellos problemas que más hondamente nos afectan. Y comprobamos, una vez más, cuán gratificante es recobrar un poco, en este acelerado mundo nuestro, la serenidad que tan saludablemente nos insufla el infrecuente ejercicio del humor.

   Al dar hoy mi paseo del mediodía, me asaltaron nuevos pensamientos mórbidos. ¿Qué hay en la muerte que tanto me desazona? Los horarios. Melnick afirma que el alma es inmortal y que continúa viviendo después de morir el cuerpo, pero si mi alma existe sin mi cuerpo, estoy convencido de que todos mis trajes le vendrán demasiado grandes. Oh, bueno…

Una aproximación a los fenómenos psíquicos     
   No hay duda de que existe un mundo invisible. El problema es ¿queda muy lejos del centro? ¿Y hasta qué hora está abierto? Continuamente se producen fenómenos inexplicables. Un hombre ve espíritus. Otro escucha voces. Un tercero se despierta y aparece corriendo en el Madison Square Carden. ¿Quién de nosotros no ha sentido alguna vez el contacto de una mano glacial en la nuca cuando estábamos solos en casa? (Yo no, a Dios gracias, pero los hay que sí.) ¿Qué hay detrás de estas experiencias? ¿O delante de ellas, ya que estamos en el tema? ¿Es cierto que hay hombres capaces de antever el futuro o de comunicarse con espíritus? ¿Y puede uno ducharse después de la muerte?   
   Afortunadamente, estas preguntas acerca de los fenómenos psíquicos han sido contestadas en un libro de próxima publicación, ¡Buuu!, cuyo autor es el Dr. Osgood Mulford Twelge, el prestigioso parapsicólogo y profesor de ectoplasma en la Universidad de Columbia. El Dr. Twelge ha compilado una notable historia de los incidentes sobrenaturales, que cubre todo el espectro de los fenómenos psíquicos, desde la transmisión de pensamiento hasta la extravagante experiencia de dos hermanos en lugares opuestos del mundo, uno de los cuales tomó una ducha mientras el otro quedó limpio de repente.
   El señor Albert Sykes comunica la siguiente experiencia: "Me bailaba sentado, comiendo bizcochos con unos amigos, cuando sentí que mi espíritu abandonaba mi cuerpo y se iba a telefonear. Por algún motivo, telefoneó a la Compañía de Fibras de Vidrio Moskowitz. Mi espíritu regresó luego a mi cuerpo, donde permaneció unos veinte minutos o así, en la confianza de que nadie querría jugar a las adivinanzas. Cuando la conversación se centró en los trusts de empresas, se retiró otra vez y se puso a vagabundear por la ciudad. Tengo el convencimiento de que visitó la Estatua de la Libertad y luego se fue a ver las variedades del Radio City Music Hall. A continuación se detuvo en la Taberna de Benny donde dejó una cuenta por valor de sesenta y ocho dólares. Mi espíritu decidió entonces volver a mi cuerpo, pero le fue imposible encontrar un taxi. Finalmente, subió a pie por la Quinta Avenida y se reunió conmigo justo a tiempo pata ver las últimas noticias. Puedo afirmar que entró entonces en mi cuerpo, porque sentí un escalofrío repentino, y una voz dijo'. "He vuelto.Quieres pasarme las uvas?". Este fenómeno se ha repetido en varias ocasiones desde entonces. En una de ellas, mi espíritu se marchó a Miami para pasar el fin de semana, y en otra fue detenido al pretender marcharse de los almacenes Macy sin pagar una corbata. La cuarta vez fue mi cuerpo el que abandonó a mi espíritu, aunque sólo se hizo dar un masaje y volvió inmediatamente.»

UN DIA EN LA VIDA DE UNA CERVATILLA 
Una música insufriblemente exquisita suena al levantarse el telón, y vemos los bosques en un atardecer de verano. Un cervatillo entra danzando y mordisquea lentamente unas hojas. Va con indolencia a la ventura por el suave follaje. Pronto rompe a toser y cae muerto. 

NORMAS Y PROVERBIOS
El león y la gacela yacerán juntos, pero la gacela no dormirá muy bien.Aquel que no perezca por la espada o por el hambre, perecerá por la peste, entonces ¿para qué afeitarse? 

¿Qué importancia tienen los años, sobre todo si tu apartamento es de renta limitada? Lo que hay que tener presente es que cada época de la vida ofrece sus propias satisfacciones, mientras que si estás muerto es difícil encontrar el interruptor de la luz. El problema principal que plantea la muerte, inherentemente, es el temor de que pueda no haber otra vida… un pensamiento deprimente, en particular para aquellos que se han molestado en afeitarse. Asimismo, ¡mede darse el temor de que exista otra vida, pero que nadie sepa dónde se ha metido. En el aspecto positivo, la muerte es una de las pocas cosas que pueden efectuarse estando cómodamente tumbado. 

El inspector Ford examinó la nota de rescate: «Queridos mamá y papá: Dejad 50.000 dólares en una bolsa debajo del puente de Decatur Street. Si no hay puente en Decatur Street, por favor construid uno. Me tratan bien, tengo alojamiento y buena comida, aunque ayer por la noche las almejas de lata estaban demasiado cocidas. Enviad el dinero rápidamente, porque si no se sabe de vosotros dentro de varios días, el hombre que ahora me hace la cama me estrangulará. Os quiere, Kermit. P. S. Esto no es una broma. Adjunto una broma para que podáis apreciar la diferencia.»
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