Libro


Hace un tiempo se me ocurrió la idea de editar pequeños libritos digitales desde el blog. Empecé con La Felicidad es un Gordini, uno de poesía que edité en Textos de Cartón en 2007 en Córdoba. La cantidad de lectores digitales, emparejó, más o menos, a la de cartón. No conozco si el libro gustó o no, solo hablo de cantidades, porque fue parte de un proyecto para medir el alcance de un medio en crisis (el papel) y uno en auge (el digital). Hace unos días, edité Siempre es Domingo cuando llueve, un magnífico cuento policial del escritor rosarino Javier Núñez que alcanzó las cien lecturas en menos de una semana y sin promoción. Los invito a leerlo acá, de dónde también se puede bajar para imprimir. Como enganche va este fragmento:


   El manco apoya la cabeza contra la puerta y cierra los ojos. Por una fracción de segundo, tan quieto, parece dormido.
   Pero escucha.
   Un coro de jadeos mínimos, una música repetitiva y el ruido ahogado de una puerta —la trasera, que da al estacionamiento— cuando se cierra. Entonces abre, enciende las luces y cruza rápido la habitación para poner la traba en la entrada posterior. Una vez que está cerrado mira debajo de la cama, detrás del sillón curve, luego en el baño. Nadie. En el televisor hay una negra de pezones violáceos que chupa una pija enorme, con venas gruesas como un cable coaxial. El manco apenas mira. Palpa las sábanas: ni siquiera están transpiradas. Prende el ventilador. Mientras las sábanas se secan vacía un cenicero con cinco colillas: una con rouge, las otras cuatro no. Después levanta los vasos con restos de whisky y gintonic —de a uno, con su única mano: la izquierda—, un bollito de papel, el envoltorio de un preservativo.