La Plaza San Martín, donde vi esos monstruos llamados carrozas y me sofoqué entre la multitud apretada jugando al cocha-culos con el Dami en las fiestas del pueblo; la del vai-ven que lograba velocidades increíbles, donde la Pali se trancó una chupaleta de colores en la garganta, donde los domingos a la tarde el olor a praliné nos aglutiaba. La Plaza 25 de Mayo, fría y distante, abandonada, aburrida, de cara a un santuario, geométrica y gris, concurrida para los actos del colegio en fechas patrias. La Plaza Independencia, frente al colegio Rivadavia, donde uno era capaz de atravesar las ligustrinas como un fantasma (aunque saliera herido); donde cruzar el pasamanos era una proeza que por lo menos te dejaba las manos llenas de llagas, donde se practicaba el salto en largo en educación física, donde gané el campeonato de quién abandonaba la hamaca desde mayor altura, o ese palo donde giraban unos aros y era para nosotros un divertimento de siglo pasado. Las plazas de mi barrio, donde el Huevo comió mierda, donde llegué a trepar a lo más alto del árbol y ´la impresión fue tal que jamás volví a intentarlo, donde encontré la piedrita con la letra M de Marina, donde jugábamos al básquet con los Boeris, donde el Pelado se Cogía a la Vicchio sin que nadie lo notara a las once de la noche, siempre y cuando ella trajera su pollera para poder sentarse sobre él. O la del oeste del barrio, a la que íbamos pocos porque había demasiados niños pequeños, o la de los matones del norte que defendía una pequeña luz amarilla como último tesoro de civilización y plaza, sirviendo para algunos fulbitos a oscuras, hacer explotar sapos con rompeportones en sus bocas fumadoras, planear algún robo infantil, o conversar sobre alguna chica que nos tenía locos.
Plazas de mi pueblo, otras que recuerdo a la distancia, como la del barrio Malvinas y su minipasamanos, o alguna que otra plazoleta olvidada donde algo ocurrió y no recuerdo, donde la vida continúa ahora para otros.
2 coment:
Plazas.... un cuadrado en el medio o del barrio que sirven para el divertimento de los mas pequeños. Pero que después, traen mucho más recuerdos, traen nostalgia.
podras revivir una parte de las plazas cuando tengas que llevar a tus hijos para que juegen -daniel
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