Se dijo:



Estos cuentos son crueles, pero no al estilo de Abelardo Castillo, poseen una crueldad cotidiana, casi natural pero muy humana, porque son horrores que resultarían evitables más allá de lo cultural y lo social.Sartre decía que para que el suceso más trivial se convirtiera en aventura, era condición necesaria y suficiente contarlo. Yo sumo a esto que, si la manera de referirlo lo vuelve atrapante, podemos estar en presencia de una promesa para el género. (Ruben Sacchi)